Algo salió mal y ni Sadam fue derrocado ni él ganó el segundo mandato que le hubiese permitido llevar a cabo lo prometido.

Diez años más tarde su propio hijo fue elegido Presidente de una forma que aun hoy es cuestionada. Formó un gobierno cuyo núcleo estaba formado por los más acérrimos colaboradores de su padre, de una ideología extrema llamada neoconservadora, y partidarios del conocido como ‘Proyecto del Nuevo Siglo Americano’, que propugnaba la necesidad de un ‘nuevo Pearl Harbor’ para que los ciudadanos estadounidenses aceptasen la política bélica que sería necesaria para imponer la supremacía absoluta de los Estados Unidos por la fuerza.

Unos meses después y justo en el décimo aniversario del discurso que anunció la creación de aquel Nuevo Orden Mundial que se vio aplazado, el 11 de septiembre de 2001, se produjeron los fatídicos atentados que acabaron con miles de vidas aquel día y causarían millones de muertes más en los años sucesivos, en una aberrante sangría que no ha finalizado todavía.