Parece que, por fin, se van ustedes. Usted, aferrado a la poltrona como una garrapata, resistiéndose con todas sus fuerzas y dispuesto a que el país se hunda antes que abandonar su puesto en La Moncloa, en el que no ha hecho usted más que daño a la inmensa mayoría de los españoles.
Mentiroso, altivo, autoritario y servil con los de arriba, presunto corrupto y amparador de corruptos y ladrones, falso, inculto, vulgar y pretencioso, realmente es usted una vergüenza para cualquier país civilizado.
Y la banda de ladrones a la que llama usted partido, cortada a su imagen y semejanza. O al revés, tanto da.
No han dejado ustedes un euro público sin metérselo en el bolsillo; han robado en prácticamente todos los cargos públicos que han ejercido. No hay más que ver Valencia.
Han malversado, despilfarrado o simplemente trincado en todas las actividades de la administración pública, en las adjudicaciones, licitaciones, contratas, concesiones y subvenciones.
Se han apropiado dineros públicos de todas partes, desde las instituciones más solemnes a los colegios de niños y los programas de solidaridad internacional, desde las dotaciones de infraestructuras hasta las contratas de suministros a los hospitales.
No es que carezcan ustedes del mínimo sentido de la ley moral kantiana; es que son ustedes una banda de granujas.
Constituyó usted desde el pincipio un gobierno de analfabetos, imbéciles, psicópatas, corruptos, meapilas, cínicos sin escrúpulos, ultrarreaccionarios, aprovechados e inútiles, todos, claro está, muy atentos a lo que pudieran afanar y cómo podían amargar la vida a la gente despojándola de todo.
Han provocado ustedes una involución democrática única, según sus cánones neofranquistas. Han reprimido los derechos y libertades, suprimido la democracia en los espacios públicos. Han esclavizado a los trabajadores, empobrecido a la gente y obligádola a emigrar, aumentado la cantidad de parados sin prestación, robado a los pensionistas, privado de ayudas a los dependientes y esquilmado el erario.
Han corrompido el Estado de abajo arriba, han llenado la administración de funcionarios venales, parientes, enchufados, deudos, allegados o simples pelotas; han destruido la objetividad de los medios de comunicación públicos, empleados sistemáticamente como aparatos de agit/prop, de ese fascismo «amable» y sonriente que los caracteriza y que llaman ustedes «liberalismo».
Tienen periodistas-provocadores directamente a sueldo de las grandes empresas como el Corte Inglés (https://www.elplural.com/2016/02/03/tres-tertulianos-a-sueldo-de-el-corte-ingles-fernando-onega-isabel-duran-y-jaime-gonzalez y a saber cuántas más), engañando a toda la ciudadanía, verdaderos esbirros como la colección de sinvergüenzas que según parece han cobrado sobresueldos o han estafado en Valencia, Galicia, Madrid, etc.
Y han destruido ustedes el país por su infinita codicia, mezclada con su incompetencia e irreductible estupidez.
Los catalanes se van y hacen bien porque nadie con un ápice de dignidad puede soportar estar gobernado por un hatajo de sinvergüenzas, corruptos y ladrones.
Un desastre que durará muchos, muchos años y el principal responsable es usted, el de los sobresueldos.
Váyanse ya rodeados todos del oprobio, el ludibrio y el desprecio de sus conciudadanos.
Pasen antes por caja, devuelvan lo afanado y preséntense al juez.
Ramon Cotarelo (Politólogo, catedrático y escritor español)