Los carcamales mafiosos del PSOE siempre se alimentaron del saqueo de la Nación: del robo, la extorsión y la traición a sus votantes. A sido una constante a todo lo largo de la Transición española. Esto miserables han robado a manos llenas, con toda impunidad creyendo que el bipartidismo era algo eterno y que nunca iba a cambiar nada en ese cortijo privado del PP, PSOE y los nacionalistas excluyentes, también mafiosos, como todas las organizaciones políticas en el estado de partidos de la Transición.
Estos carcamales mafiosos dirigidos por Felipe González y Juan Luis Cebrián han convertido España en una cleptocracia nunca conocida en Europa, y me atrevo a decir que en el mundo entero. Ellos convirtieron al PSOE en el partido del régimen, lo convirtieron en un partido que abrazó el neoliberalismo de Margaret Thatcher y Ronald Reagan traicionando a más de 11 millones de españoles que lo empoderaron convencidos de que el PSOE era un partido de izquierdas. Nadie pensaba que Felipe González terminara siendo uno de los más grandes traidores de la historia de España.
Desde que Felipe González tomara las riendas del legado de Pablo Iglesias Posse en el Congreso Socialista de Suresnes en 1974, y produjera un cambio ideológico planificado para abrazar el neoliberalismo, todo lo que ha aportado el PSOE a la ciudadanía han sido traiciones, saqueos a las Instituciones del Estado, terrorismo de estado y extorsiones de todo tipo. Evidentemente, esto no podría haberlo hecho el PSOE dirigido por Felipe González sin la ayuda de agentes externos y los poderes fácticos. Felipe González estaba protegido por el franquismo, por la Socialdemocracia alemana y por la CIA.
Fue un contubernio perfectamente planificado para ocultar tras la transición democrática la mayor estafa conocida en Europa. No voy a relatar ahora todas las traiciones y crímenes cometidos por el PSOE y sus dirigentes en estos más de 40 años, que son muchos, pero sí cuando empezó su decadencia. El inicio de la pérdida de confianza en el PSOE por sus electores se inicia tras la caída de Josep Borrell en 1999. Joaquín Almunia que sustituyó a Josep Borrell apoyado por Felipe González es el inicio de la decadencia del PSOE, que se recuperó con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero en su primera legislatura, pero decayó alarmantemente en la segunda. Esta caída libre el PSOE ya empezó a ser muy preocupante con la llegada de Alfredo Rubalcaba. Así que culpar a Pedro Sánchez de todos los males de la formación política sólo muestra como la chusma que lo dirigía (aquellos carcamales) ignoraban lo que realmente está ocurriendo en la sociedad española, o quizás algo peor, lo saben pero creen que aún no han robado, vejado y creado suficiente sufrimiento a la sociedad y quieren continuar otros 40 años manteniendo su traición y sus privilegios.
La carrera de Pedro Sánchez se inicia en la Conferencia política del PSOE que tuvo lugar en Noviembre de 2013. Allí empezó su ascenso hacia la Secretaría General. El PSOE se encontraba en una situación delicada liderado por Alfredo Pérez Rubalcaba después de la derrota en las elecciones generales de 2011. Pedro Sánchez consiguió la Secretaría General el 13 de Junio de 2014, que fue elegido por todos los militantes tras la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba después del fracaso de las europeas de Mayo.
En aquel tiempo el partido ya era una bomba de relojería, Los carcamales perdían poder, la desconfianza era cada vez mayor entre ellos, los militantes y los votantes. El partido se descomponía y ya mostraba una gran división entre la vieja guardia y la nueva fracción del PSOE que se alejaba de los carcamales de siempre. La favorita de los carcamales siempre fue Susana Díaz, pero las presiones de Eduardo Madina para la implantación de un militante un voto en lugar de delegados abortó que Susana Díaz se hiciera con la Secretaría General que era el deseo de todos los carcamales, a los que con tanta asiduidad hago referencia. Pero ante tal situación decidieron plantar cara a Eduardo Madina y decantarse por Pedro Sánchez para que ocupara el puesto hasta encontrar un mejor momento para empoderar a la Sultana andaluza, que es lo que interesaba a Felipe González, al IBEX 35 y demás poderes fácticos (en todo este proceso, estaba comprometido como, siempre lo estuvo, Juan Luis Cebrián al lado de Felipe González). Al final en la votación participaron Pedro Sánchez, Eduardo Madina y Antonio Pérez Tapias y ganó Pedro Sánchez
A partir de aquí empezó Sánchez a dirigir un partido ya bastante dividido y creó su propia estructura un tanto alejada de los carcamales mafiosos de siempre. Pero como dije más arriba el puesto de Pedro Sánchez era un puesto interino, estaba ahí hasta que los carcamales consiguieran colocar a la sultana andaluza, Susana Díaz, capaz de vender a su madre al mejor postor para defender a la vieja guardia del aparato del partido.
Lo que esperaban esos carcamales es que Pedro Sánchez se comportara con un muñeco de trapo y aceptara todas las contradicciones que se produjeron en el seno del partido ante su pérdida de votantes y su clara defensa del neoliberalismo salvaje que azota España y todo Occidente. Pero no fue así, el monigote les salió respondón ante tanta contradicción y desvarío. Aún no estaba del todo claro si Sánchez se rebeló porque quería girar el partido hacia la izquierda o porque la presión de los carcamales le coartaban cualquier iniciativa para alcanzar la Moncloa. Yo más bien creo que fue esto último, se trata de un sujeto con gran ambición y pocos escrúpulos para conseguirlo como ha demostrado con sus vaivenes, sus cambios de opinión, su rechazo a pactar con Unidos Podemos y sus mentiras.
Al poco tiempo la Sultana andaluza, que era uno de los firmes apoyos de Sánchez, inició la traición contra él apoyada por toda la vieja guardia y lo barones que se solidarizaban con ellos. Lo que se puso de manifiesto en una entrevista de la sultana al El País en octubre de 2014.
Pedro Sánchez es un tipejo al que le gustan las cámaras, los platós y el circo. Y esto hizo que su última campaña fuera poco creíble y espantaba a sus votantes de siempre, sumergidos en un letargo y alienación aberrante del que ahora parecen despertar. Ya veremos que hacen los votantes en las próximas elecciones, pues haber ganado la Secretaría General no supone que gane las próximas elecciones. Una parte de los votantes del PSOE, los más alienados, están eufóricos por la victoria de Pedro Sánchez, pero otra buena parte de ellos ya están muy incómodos en ese partido mafioso. No se fían de qué Pedro Sánchez vaya a girarlo hacia la izquierda y tampoco que esté por la labor de cooperar con Unidos Podemos para echar a Rajoy de la Moncloa.
Con Personajes como Felipe González, Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara, Javier Lamban, Emiliano García-Page, Alfonso Guerra, entre otros que conforman la vieja guardia, el PSOE no va a girar a la izquierda. Todos estarán contra él. Por otro lado Pedro Sánchez no ha demostrado ser diferente a ellos y no ha entendido el mensaje que le han enviado los militantes y menos va a entender lo que esperan de él sus votantes. Éste no vale para girar el PSOE hacia la izquierda, para situarlo conde siempre debió estar. Ahora los carcamales y todos los lameculos que tienen a su alrededor tratarán de mantener al PSOE abrazado al neoliberalismo salvaje, lo que implicará un ataque aún más enérgico a Unidos Podemos y un acercamiento a Ciudadanos y al PP para buscar una alternativa de gobierno. La corta estancia que le espera a Sánchez como secretario general, sólo servirá para prolongar el tiempo haciendo creer que es la oposición al PP, que le piden las bases al PSOE, pero sólo se tratará de una dilatación temporal para intentar levantar al PSOE del mafiosos González de nuevo y eliminar a Pedro Sánchez.
Después de su victoria Pedro Sánchez sigue confundiendo a la tropa, alejándose de Unidos Podemos y haciéndole guiños a Rivera y Rajoy al tiempo que tanto El País como el ABC le masturban la mente a la ciudadanía publicando lo que ocurriría si hoy se celebraran nuevas elecciones, datos adulterados con el único fin de crear una cortina de humo para ocultar sus vergüenzas: los casos de corrupción que los ahoga en su propia mierda.
Todo parece indicar que la proclama de Pedro Sánchez de oposición al Rajoy, de su giro a la izquierda y su verborrea con Jordi Évole evocando que se había equivocado con Podemos no serán más que nubes pasajeras sin una gota de lluvia. Es a lo que nos tiene acostumbrados la secta mafiosa de Felipe González. Como consecuencia de esta mueva traición, Pedro Sánchez se desinfla y la ilusión de sus seguidores se desmorona al comprobar que no habrá giro a la izquierda ni voluntad para echar a Rajoy de la Moncloa. Y esto en lugar de ponérselo difícil a Unidos Podemos, lo que hace es ponerle más fácil para reafirmar el liderazgo de la oposición a Rajoy, todo lo contrario de lo que persiguen El País y ABC.
Ante esta angustiosa situación, los carcamales y demás gentuza de la vieja ya han puesto en marcha, del nuevo, el ruido de sables en el PSOE. Según publica el periódico El Confidencia Digital, la estrategia para derrotar a Sánchez ya está en marcha y el nuevo traidor será Eduardo Madina. Eso sí, de momento se mantiene oculto.