A estas alturas todos sabemos que tenemos un sistema político con una monarquía parlamentaria y un estado de partidos dónde todo está subvencionado por el Estado: partidos políticos, sindicatos, banqueros, empresarios, iglesia, etc., y dónde se garantiza su estabilidad y sus ganancias cuando las hay a unos pocos y se imputan las pérdidas al ciudadano, permitiendo el saqueo de las Instituciones con objeto de obtener untuosos beneficios para los grupos de poder. Está claro que este sistema estaba condenado al fracaso: corrupción generalizada sin lugar a dudas, es lo que cabía esperar.
Tras la muerte de Franco el capitalismo salvaje no podía perder los privilegios conseguidos con el dictador. Elegido como sistema político la monarquía parlamentaria en un estado de partidos hubo que dotarlo de una buena base para que no fallara, la forma más adecuada según experiencias en Inglaterra y EEUU era la creación de un bipartidismo que se alternara el poder con políticas consensuadas previamente para que nada cambiara y todo estuviera al servicio del capitalismo salvaje y del sistema financiero de acuerdo a la idiosincrasia española. En ese juego entra Felipe González despojado del marxismo e incluso Santiago Carrillo. La izquierda se vende a cambio de tener la posibilidad de sentarse en la poltrona del poder. Leer más en:
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Tal como pronosticó Antonio García-Trevijano la corrupción generalizada llegó más tarde de lo que él había previsto, pero llegó. Aquí la tenemos. El bipartidismo siempre fue corrupto desde sus orígenes y tuvo muy claro que para perpetuarse en el poder necesitaba una ley electoral injusta y antidemocrática, la ley proporcional que beneficia al bipartidismo y a los nacionalismos (el gran cáncer de la sociedad española). Para asegurar la permanencia de la alternancia en el poder, el bipartidismo tiene que corromper a todo el resto de partidos. De esta forma nadie podrá acusarlos de nada, puesto que ya forma parte de sistema corrupto y lo han logrado. Hasta los sindicatos entraron en el juego.
Cuando todo el sistema político se ha convertido en una cleptocracia y la ciudadanía está totalmente asqueada, empiezan a surgir los movimientos sociales, el más importante fue el 15M, pero los políticos del bipartidismo siempre mostraron su indiferencia, su prepotencia y su desprecio a la ciudadanía que se manifestaba. Iniciaron la critica a estos movimientos sociales acusándolos de antisistema y descerebrados y le propusieron que si tan importantes se creían lo que tenían que hacer es montar un partido político. Estaban tan seguros de que lo tenían todo atado y bien atado que no creían que tal evento se pudiera producir, pero he aquí que apareció Podemos con una fuerza increíble. Sorprendieron en las elecciones europeas y acojonaron al bipartidismo tanto que ahora son dos partidos desconcertado, con líderes desencajados y sin control emocional. Como dos sectas mafiosas que son, PP y PSOE no aceptarán nunca un sistema democrático y tienen que anular a los partidos emergentes que los pueden poner en peligro. Ahora es cuando empiezan las calumnias, las críticas infundadas y el despliegue de todos sus esbirros (que son muchos) contra Podemos que llega a superar en intención de voto tanto a PP como a PSOE. Esto les hace perder los estribos y llegan a lo más ridículo que se puede ver en política.
Podemos que es un partido con raíces marxistas, es el demonio con cuernos y rabo. Son bolivarianos, castristas, amigos de los musulmanes radícales y colaboradores de los etarras. En fin todo lo peor, el fin de mundo si llegan a gobernar España, como si el bipartidismo rancio y casposo no hubiera demostrado ya que algo peor es improbable que pueda venir a España si no es la continuidad de lo que ahora tenemos.
Podemos ha sido (y sigue siendo) una pesadilla para el bipartidismo, el sistema financiero y los esbirros de ambos, pero ahora aparece otro partido con gran fuerza: Ciudadanos. Era de esperar la izquierda está podrida y necesita un partido como Podemos para que se resquebraje y empecemos de nuevo. Pero más podrida que la izquierda está la derecha caciquil de los golpes en el pecho, látigo en la mano derecha y gran añoranza al dictador Franco. Esta derecha que, junto con el PSOE, es el verdadero antisistema y necesita un lavado de cara que dé la sensación de que sus dirigentes se duchan de vez en cuando. Aquí aparece Ciudadanos que es tan mal recibido como Podemos: unos por comunistas criminales y los otros por traidores al sistema corrupto (la única alternativa posible), algo que es propio de la derecha en este país. Así que ambos partidos son populistas, enviados por satanás para derrotar el sistema político establecido que es el único genuino y posible. Cualquier otra cosa es el caos, el fin del mundo.
Da mucha vergüenza escuchar a los políticos del PP y PSOE lanzando infamias sobre los partidos emergentes que son el resultado de sus abusos de poder, de sus corruptelas y de sus genocidios, pero es mucho más vergonzoso tener un presidentes de gobierno que todos sabemos que es un corruptos, que manipula la justicia, que saquea las instituciones y que estafa a jubilados y pequeños ahorradores con toda impunidad para dárselo a los poderosos.
¿Y ante esto que hace una buena parte de la ciudadanía? Pues le da su apoyo una y otra vez. El aborregamiento debido al lavado de cerebro que ha logrado el bipartidismo, hace que la ciudadanía no tome conciencia de que ambos partidos (PP y PSOE) son dos mafias con las que hay que acabar antes de que ellos acaben con el pueblo.
El caso más reciente de este aborregamiento lo tenemos en las últimas elecciones andaluzas, dónde vuelve a ganar el PSOE con la cantidad de imputados que tiene el partido. Es una desgracia que todavía haya ciudadanos que los vote y que arremetan contra los partidos emergentes siguiendo las instrucciones del bipartidismo. Una buena parte de la ciudadanía andaluza piensa que Podemos es el demonio con cuernos y rabo como nos vende la derecha y que Ciudadanos es el capitalismo salvaje que se come a los niños crudos como nos vende la izquierda radical (desgraciadamente esta profecía sobre el nuevo partido, Ciudadanos, se ha cumplido y hace de muleta del bipartidismo. Otra secta mafiosas más). Aun no se han dado cuenta de que el mal lo tenemos instalado en las instituciones y que rechazar a los partidos emergentes es seguirle el juego a los corruptos, esa es la mentalidad de una buena parte de andaluces, esa es nuestra desgracia, que con mucha seguridad es extrapolable al resto de España.
A ver andaluces: ¿vosotros creéis en un sistema democrático? Pues en un sistema democrático tiene que tener cabida todo el espectro político, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, y es la ciudadanía la que tiene que controlar los excesos y poner líneas rojas que no se pueden sobrepasar. Pero eso de no votar a un partido emergente porque es de izquierdas, porque apunta maneras de derechas o porque es de una región gobernada por separatistas insolidarios y trogloditas es, simplemente, una visión muy estrecha de la política de un país. Si no maduramos y entendemos que lo que está destrozando el país y a la mayoría de los españoles es la mafia compuesta por PP, PSOE y sus esbirros, no saldremos nunca de la miseria. ¿Cuándo vamos a empezar a renunciar a esos sentimientos primarios, irracionales que tanto daño no están haciendo? Que no, hombre, que no, que no hay ideología en el PP y PSOE, que son dos sectas destructivas. Olvidaos de ideologías mientras gobierne el bipartidismo, son la misma mierda al servicio del poder financiero y demás poderosos. ¿Aún no os habéis enterado?
En cuanto a los partidos, ya no hay que contar para nada con los de la Transición, puesto que es archisabido que todos son corruptos y están enfangados hasta la cejas, lo que hay que leer detenidamente es su programa electoral y votar aquel partido con el programa electoral que mayor beneficio proporciones al conjunto de la sociedad y que más daño haga al bipartidismo. En la pocilga en la que nos encontramos no podemos pararnos demasiado a observar si son de derechas, izquierdas o centro, ¡qué importa eso ahora!, lo primero es salir de la cloaca y luego ya veremos. Además, dado que siempre habrá un espectro político amplio en un sistema democrático (cuando haya un sistema democrático, ahora lo que hay es un sistema corrupto) habrá que votar cuando convenga a partidos que no reflejen tu ideología si con ello fuerza lo mejor para la mayoría. El aferrarse a una ideología que no satisface a la mayoría o incumple su programa electoral es de ciudadanos inmaduros o fanáticos, y los fanatismos conducen a lo que tenemos ahora, a la desolación del país. ¡Venga, hombre!, ¿llevamos más de 38 años en esta situación y aún no hemos despertado?
Isidro Padilla