Para responder a esta pregunta hay que apoyarse en el análisis demográfico histórico (2013). Nos basaremos en cuatro generaciones a las que hemos puesto nombre y edades:
“Los niños de la guerra”, nacidos en 1938 o antes y tienen hasta 74 años. 4,1 millones.
“Los niños de la autarquía”, nacidos entre 1939 y 1958 y tienen de 55 a 74 años. 8,8 millones.
“Los reformistas”, nacidos entre 1959 y 1973 y tienen de 40 a 54 años. 9,6 millones. Un 27,8% del censo.
“Los ciudadanos nuevos”, que son los nacidos desde 1974 y no han cumplido 40 años. 11,5 millones. El 33,5% del censo electoral
Nos centraremos en los habitantes de 18 o más años de edad, porque son los que eligen a los representantes ciudadanos en todos los estamentos: ayuntamiento, comunidad, nación, Europa.
Los niños de la guerra y de la autarquía suman casi 13 millones: un 37,6% del censo electoral, y son los padres de los reformistas, los que integraron los dos mundos sin ruptura generacional y representan un 27,8% del censo. Estas son las 3 generaciones del “Mundo antiguo”, proceden de la dictadura y se mostraron incapaces de construir una sociedad civil fuerte en los 36 años de democracia posteriores al franquismo.
Los ciudadanos nuevos se desarrollan plenamente en la democracia, la Unión Europea, el euro y el mundo global. Se interesan por las nuevas tecnologías del conocimiento y de las comunicaciones, la Red, y por la representación de los ciudadanos y el poder, concluyendo que el sistema es injusto y están construyendo un contrapoder formidable: una sociedad civil virtual, basada en la evidencia y en otra verdad que la de los medios convencionales.
La dictadura establecida en España inició un camino autárquico, vivió aislada del mundo los veinte años siguientes a la guerra, hasta declarar la bancarrota en 1959. La dictadura impuso un modelo patriarcal y autoritario de confesión católica, creando una sociedad temerosa, alejada del poder, sumisa y clientelar, características que perduran hasta nuestros días.
Las dos primeras generaciones evolucionaron en unas condiciones de precariedad extrema, vivieron la realidad de la dictadura, forjando hábitos y valores de austeridad y muy materialistas. El plan de estabilización de 1959 dio lugar al desarrollismo de los sesenta mientras se tomaba contacto con el exterior por la emigración y la llegada de turistas. El éxito económico del franquismo durante los años sesenta consolidó la aceptación del régimen por parte de la mayoría social.
Los niños de la guerra y de la autarquía satisfacen sus necesidades materiales, que eran muy básicas: la casa, la nevera, la lavadora. Más tarde, la TV, el “seiscientos” y el pollo frito los domingos. Dieron lugar a “los reformistas”.
Los reformistas emigraron del campo a la ciudad creando nuevas clases urbanas de origen rural segregadas: los barrios obreros, rompiendo con la cultura rural de sus progenitores. Se produce el desprestigio del modelo autoritario. Emerge una clase media en las ciudades donde los padres orientaban a sus hijos hacia la universidad. Todo lo demás carecía de prestigio social fracasando conceptos tan esenciales como la FP. Durante los años sesenta se produjo el baby boom, la economía crecía y con ella las familias numerosas. En la sociedad se forjaba una meta de normalidad, como normales veíamos a los alemanes o a los franceses: queríamos ser europeos.
Los reformistas configuraron una generación crucial por su capacidad para ensamblar los valores antiguos con otros procedentes de la normalidad exterior y de la nueva realidad democrática. Enlazaron dos mundos, lograron que se produjera la transición social hacia el mundo exterior. Vivieron y viven un mundo muy cambiante, esencialmente relativistas, supieron incorporar lo nuevo sin romper con mucho de lo antiguo de sus padres y abuelos, sin ruptura generacional. Se desarrollan en un contexto donde las normas de convivencia cambian radicalmente, se forman en un sustrato económico expansivo, su entorno evoluciona desde la precariedad hacia situaciones infinitamente más favorables.
Los ciudadanos nuevos lo son ya del mundo global, de google earth, skype y twitter. Los más mayores tenían 1 año cuando murió el dictador, 1975, no conocen el franquismo. El aprendizaje de estos ciudadanos nuevos es el de un sistema que inexplicablemente se derrumbó, pasando en meses de tener a no tener futuro sus proyectos existenciales. Se han interesado por el poder y organizan en la Red las soluciones ciudadanas que la política formal no proporciona. Muchos han concluido que el sistema es injusto, que no representa a las personas y se han planteado el establecimiento de un orden nuevo; se han empoderado y están liderando el fenómeno de los indignados en la escala global.
Se trata de la primera generación que se interesa por el poder en España desde el año 1939, e impulsa un proceso asambleario sin precedentes, en cuya producción teórica está la formulación del orden nuevo. Crean, en definitiva, lo que conocemos como el 15-M o el movimiento de los indignados. La sociedad en su conjunto comparte la protesta. Se ha producido en España la quiebra definitiva de la confianza ciudadana en los líderes políticos, la clase política en general y en todas las instituciones de la democracia, lo que incluye el modelo territorial del Estado. El sistema se ha derrumbado, la sociedad se desintegra.
Extracto del libro “Asaltad el Sistema”. © Jaime Miquel Adrada. Analista electoral independiente y © Lluís Miquel Campos Sanchos. Técnico en implementación estratégica Descarga gratis el libro, o cómpralo, desde aquí: http://www.bubok.es/libros/230092/ASALTAD-EL-SISTEMA2
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Leyendo esto me alegro que mis padres emigraran a Francia, se conocieran en París donde nací y crecí. He vivido en España los últimos 15 años y mi decepción a ido creciendo día a día, hasta el 15M. Mis hijos son españoles y catalanes, pero les animo a marcharse de esta pocilga de país si el cambio no se concreta, para que eso ocurra queda limpiar toda la basura que impide el cambio. Moi je suis de retour a Paris.
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Gracias por tu comentario, Exdar. Y estoy de acuerdo contigo.
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Cita:»Los niños de la guerra y de la autarquía suman casi 13 millones: un 37,6% del censo electoral, y son los padres de los reformistas, los que integraron los dos mundos sin ruptura generacional y representan un 27,8% del censo. Estas son las 3 generaciones del “Mundo antiguo”, proceden de la dictadura y se mostraron incapaces de construir una sociedad civil fuerte en los 36 años de democracia posteriores al franquismo.»
Compraré el libro, pero mientras tanto ¿alguien me puede decir si desarrolla y se detiene en explicar la causa de la incapacidad de esos 13 millones para construir una sociedad civil fuerte?
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